domingo, 27 de septiembre de 2009

Primero pienso. Luego me doy con la mano y el papel ¿O al revés?

Quizá para muchos, dibujar es un asunto que está muy ligado a la antigua confrontación de la hoja en blanco. La batalla de siempre. Tenemos todos los implementos para bosquejar y al final terminar con una posible obra de arte pero… no encontramos la inspiración, tenemos una idea vaga, las formas, los colores, pero definitivamente no hallamos el punto de encuentro para empezar con la obra. Una respuesta a este problema: tal vez ninguna.

Es muy probable (no, perdón, es un hecho) que todo se basa en la firme decisión de agarrar el lápiz, el carboncillo o lo que sea y medirse ante el silencio del papel (que es la mente, o bien el oído atento que no tiene ni pizca de idea de lo que quieres hacer) Porque ella aguanta todo. Hay que deshacerse de viejos prejuicios que impiden trabajar con fluidez y comodidad. Dejar el juez que vive dentro de uno, el pesimista y lleno de peros, el que te dice: “Mejor deja eso que es muy difícil. Ponte a ver la televisión”. No hay que olvidar que dibujar y pintar es un acto vivificador de trabajo libre, con disciplina y método, sí, pero también con ese encuentro fraterno del espíritu sensible con las ideas de la vida.

Lo más importante es que nos llenemos de resolución y trabajemos sin cesar, buscando lo que deseamos expresar, independientemente de la técnica empleada. Muchas veces, en el camino, uno despeja y aclara más las ideas que se desplazan a través de nuestra mano. Hasta pueden nacer muchas más ideas. Si al principio no se cumplen las expectativas, pues piense en esto: Ningún deportista, artista, médico, ingeniero, etc., logra la excelencia sin antes practicar con dedicación, entusiasmo y disciplina. La verdad, practicar, es parte del trabajo.

Entonces, cuando pase por nuestra mente esa misma cuestión sobre si antes es mejor pensar, después dibujar o al revés, líbrese de dudas bizantinas y agarre su lápiz y el papel. Haga rayones, círculos, cubos, planos, lo que sea, y hermánese con su espíritu que es muy seguro tiene ganas de ver plasmado lo que tiene por dentro.